Los Shapori son los chamanes o líderes espirituales del pueblo Yanomami. Se requieren muchos años de experiencia para ser un Shapori y se debe contar con determinadas e importantes cualidades para proteger a su pueblo en la curación de sus enfermedades y combatir a los espíritus malignos que las ocasionan, siempre con la ayuda de los Hekura, que son entes a través de la cual estos pueden comunicarse con los astros y transportarse a otros planos convertidos en algún animal de la selva.

El pueblo indígena Yanomami posee gran cantidad de Shapori. Para sus viajes astrales utilizan el yopo, que es un alucinógeno natural inhalado.

Poseen extraordinarios cantos chamánicos que los comunican con el cosmos. Sus rituales se producen sin ningún tipo de instrumento musical, no obstante, con su garganta imitan todos los cantos de los animales que habitan en su urihi (selva). Su cuerpo desnudo es una especie de caja de resonancia ya que lo golpean con bastante frecuencia en forma rítmica, el mismo efecto producen con sus pies descalzos, pisando fuerte el terreno en el cual actúan. Con sus extremidades imitan el movimiento de las aves, mientras emprenden vuelo a otras dimensiones. Este ritual es una especie de performance religioso con un gran contenido cultural de su cosmogonía.

Los Shapori ocupan un lugar muy importante como autoridad moral dentro de la organización político social de cada shapono (vivienda comunitaria).

Cada shapono posee su shapori. Un shapono sin Shapori es muy débil e indefenso ante los espirus malignos y ante los shaponos o pueblos enemigos. La protección física y espiritual de un shapono dependerá del poder de su Shapori para proteger a su pueblo.

Grupo de Investigaciones sobre la Amazonía - GRIAM.

Créditos de fotografía: Instituto Socioambiental (ISA).