(Waka Noticias. Puerto Ayacucho, 06/07/2019).- El doctor José Manuel Guzmán Guevara nace en la ciudad oriental de Barcelona, estado Anzoátegui. Como joven universitario perteneció a la llamada “generación 28”, integrada por aquellos jóvenes demócratas de la talla de Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Jóvito Villalba, entre otros.

Ya como médico cirujano es becado y fue enviado a Lima en Perú a continuar estudios de especialización, donde conoce al joven oficial mayor del ejército venezolano, Marcos Pérez Jiménez, quien se encontraba en la Escuela de las Américas y fuese su paciente por un tratamiento médico de emergencia del estómago, saliendo más adelante exitoso de todo peligro y desde ese mismo momento nació una digna y larga amistad.

Años más tarde, en 1953 hasta 1958, cuando la población de Atures tenía unos 3 mil habitantes aproximadamente el general Marcos Pérez Jiménez, ya Presidente de la República, nombra al doctor Guzmán Guevara como Gobernador, en el hoy estado Amazonas, hombre de suma confianza, quien fue el protagonista que le cambió el rostro con mucha visión futurista convirtiendo a Puerto Ayacucho, de pueblito a ciudad, ejecutando para la posteridad el primer plano moderno arquitectónico de la Amazonía venezolana, que es cuando comienza a entrar al nuevo siglo XX, como la capital más joven y próspera de Venezuela, pasando las páginas de la historia de ese mal recuerdo de la vorágine salvaje del terror de los fantasmas de Funes que vivieron nuestros padres y abuelos.

El visionario medico gobernador José Manuel Guzmán Guevara comenzó a construir las principales avenidas como la Orinoco, Aguerrevere, Río Negro y la 2 de Diciembre, hoy avenida 23 de Enero y calles adyacentes, colocando por primera vez postes de alumbrado público con mercurio, cableado subterráneo, asfalto de las avenidas, jardines, quizás pensando en la hambruna del futuro, sembró muchos árboles de mango y almendrones. Remodeló la plaza Bolívar con muros de contención, alrededor caminerías y pisos de granito, se colocaron postes con luces de neón, asientos coloniales de hierro, al mismo estilo de la plaza Bolívar de los techos rojos de Caracas; se sentía un ambiente romántico, como besar una linda novia en Navidad.

También se construyeron otras importantes obras como el centro de salud Dr. José Gregorio Hernández, la primera escuela escolar pública nacional “2 de Diciembre”, hoy en día con el nombre de Escuela Básica Monseñor “Enrique de Ferrari”, para honrar la presencia de los padres misioneros salesianos que un 11 de septiembre de 1933, llegaron y nos enseñaron a amar a Dios bendito todopoderoso por el bien de la humanidad, nos dieron una buena educación de ser hombre útil y libre del pensamiento de ofrecer respuesta por una Venezuela mejor, se construyó la nueva sede de la Gobernación, la estación Planta eléctrica, la Aducción de agua servida, desde el río Cataniapo, el Mirador del Cerro Perico, como símbolo turístico de la joven ciudad. El edificio Casa cuna de los niños y Residencia gubernamental, el Cementerio, comenzó los primeros kilómetros a Carichana vía a Caracas.

Su obra más emblemática, en vista que Puerto Ayacucho, era un puerto fluvial a la vieja romana sin muelle, de esa forma el mandatario regional se vió en la necesidad de construir esta extraordinaria obra con instalaciones portuarias, incluyendo la grúa, galpón, oficinas para el control de embarque y desembarque. De igual manera en el período del gobernador Guzmán Guevara y de la administración pastoral de Monseñor Segundo García, primer vicario apostólico de Puerto Ayacucho, un 14 de febrero de 1954 se bendice la Catedral María Auxiliadora y se culmina la moderna obra del Colegio Pío XI.

El visionario médico gobernador, aparte que personalmente dirigía y supervisaba las obras de construcción, también ofrecía sus servicios gratuitos de consultas médicas al pueblo amazonense en el viejo hospital, donde hoy funciona la casa sindical (Fetramazonas). Pero finalmente lo sorprende el tiempo por la caída del gobierno de Marcos Pérez Jiménez, dejando algunos importantes proyectos que no pudo desarrollar, como la avenida La Ribereña, que constituía homenajear el gran soberbio raudal de Atures, que sería una vía rápida turística que comenzaría desde el muelle hasta la urbanización San Enrique. Igualmente tenía el majestuoso proyecto de construir una red de ferrocarril para unir todos los pueblos del interior del entonces Territorio Federal Amazonas, por el cual consideramos la buena voluntad de la Cámara Municipal de Atures, bajo la presidencia del concejal José Alberto Navarro y el propio alcalde José Zamora de hacer justicia por el rescate, conservación y defensa del acervo patrimonial, histórico, cultural y natural en honrar con el epónimo de una calle, avenida o plaza, a este insigne venezolano, el visionario médico José Manuel Guzmán Guevara, quien hizo historia de cambiarle el rostro, convirtiendo a Puerto Ayacucho, de pueblito a ciudad.

Por: Wolfgang Reina

Cronista de Puerto Ayacucho